Historia: BASE 2008

1. La Historia, conocimiento del pasado humano fundado en el testimonio, es una disciplina científica "enriquecida por largos siglos de experiencia" (H. I. Marrou). Ella es, como las otras ciencias, evolutiva y perfectible.
   
2. La Historia tiene como objeto y como razón de ser la búsqueda de una verdad que como se sabe de antemano es relativa. La imperfección congénita de los medios que el historiador dispone para alcanzar esta verdad no debe ser motivo de desaliento, sino por lo contrario, un estimulante para tratar de aproximarse a ella cada vez más.
   
3. La Historia es una ciencia social, ligada indisolublemente a las otras ciencias humanas, a las que no debe jamás perder de vista y con las que debe colaborar fraternalmente.
   
4. La Historia debe ser total. Nada en el pasado del hombre debe serle extraño. Todo es objeto de Historia. No hay "hechos históricos" y "hechos no históricos".
   
5. No hay Historia sin documentos. La palabra "documento" es tomada en el sentido más amplio: documento escrito, figurado, transmitido por el sonido, imagen o por cualquier otro medio.
   
6. No hay Historia sin erudición, es decir, sin elaboración crítica de los testimonios, sea por el mismo historiador, sea por uno o más especialistas. De todas maneras no se improvisa al historiador. Es necesario además de la "vocación", una preparación metódica.
   
7. El método histórico puede ser definido como el conjunto de procedimientos técnicos, siempre perfectibles, que la erudición pone a disposición del historiador.
   
8. La honestidad de espíritu y el coraje moral son las cualidades esenciales del historiador.
   "La primera ley que se impone es la de no osar decir nada que él sepa que es falso, la segunda, la de osar decir todo lo que cree que es verdad" (Cicerón).
   
9. La honestidad del espíritu implica el sentido crítico, el historiador debe estar sin cesar atento a los peligros que le acechan, y el más insidioso entre ellos es el anacronismo. En particular, debe estar siempre listo a "resistir a sus propios prejuicios, a los de sus lectores, y por último, a las ilusiones que los mismos contemporáneos han consagrado" (Michelet).
   
10. Honestidad de espíritu no significa indiferencia. "La Historia es una aventura espiritual donde la personalidad del historiador se compromete por completo" (H. I. Marrou).
    
11. Por último, el historiador debe esforzarse por ser un escritor y artista, al mismo tiempo que sabio, so pena de faltar a uno de los fines de la Historia, que es el devolver la vida a las cosas mediante la fuerza misteriosa e incomunicable de la simpatía y el talento.

Charles Samaran (Dir.), L'Histoire et ses méthodes,
Encyclopédie de la Pléiade, Paris, 1961, p. XII-XIII
Editions Gallinard
Traducido por Gloria Cristina Flórez